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Luego de dar a conocer el balance de 2023, YPF presentó oficialmente el plan 4×4, donde se confirma una inversión total de USD 5.000 millones para este año, de los cuales USD 3.000 millones estarán focalizados en Vaca Muerta. Se trata del mayor monto de inversión de la historia de la compañía en la formación no convencional neuquina, con el objetivo de empezar a dar el salto exportador.

El nuevo CEO, Horacio Marin, fue el responsable de comunicar ante los inversores el proyecto que se divide en cuatro pilares. El primero se basa en el incremento de producción en Vaca Muerta para pasar de 97.000 barriles de petróleo por día a 250.000 barriles de petróleo diarios en 2027, de los cuales un 80% será no convencional, informó el portal Más Energía.

El segundo apunta a la disciplina financiera en la gestión de inversiones para retirarse de los campos maduros y focalizarse en el shale, donde tiene una mayor rentabilidad. Esto significó una revaluación de activos que perjudicó el resultado operativo de la empresa en casi USD 1.800 millones, aunque todos los analistas consideran que, en el mediano plazo, traerá muy buenos dividendos.

El paso inicial para transitar ese sendero fue la aprobación de un programa de optimización de yacimientos convencionales maduros. “El plan contempla la salida de más de cincuenta bloques convencionales, que representan el 60% de la producción de petróleo convencional, el 40% de la producción de gas convencional y menos del 1% del Ebitda de la compañía”, indicaron.

De acuerdo con los cálculos de la petrolera, esto permitirá reducir un 50% el lifting cost durante los próximos dos años y redirigir unos USD 800 millones hacia el desarrollo de Vaca Muerta, donde tiene un retorno mucho mayor de la inversión.

En tercer lugar, YPF se propone mejorar su eficiencia en el resto de los negocios. En ese marco, uno de los objetivos es impulsar una mejora de 10% en la perforación y un 15% en la fractura de pozos durante los próximos dos años. Eso se lograría mediante la automatización, la estandarización de procesos y la incorporación de nuevas tecnologías.

En lo que respecta al negocio del downstream, en tanto, la compañía busca incrementar un 10% los niveles de procesamiento de sus refinerías y reducir los costos operativos que le permitan mejorar los márgenes del negocio hasta USD3 por barril en 2027.

Exportación

El último de los pilares del plan es uno de los que más expectativa genera dentro de la industria, ya que tendría efectos en todo el sector y en la economía nacional. Se trata del desarrollo del proyecto de exportación de GNL con la construcción de una gran planta de licuefacción.

La idea inicial es que tenga capacidad para exportar unos USD 15.000 millones anuales a partir de 2032, año en el cual alcanzaría su máximo volumen, en una alianza con algunas empresas con las que YPF ya inició conversaciones.

Por último, la compañía de energía espera mantener una política de prudencia financiera a lo largo del año, proyectando un nivel de endeudamiento neto de entre 1,5 y 1,7 vez el Ebitda ajustado.

BAE