Política

Mientras en el recinto de Diputados cerca de un centenar de legisladores pronunciaban ayer sus discursos a favor y en contra de la ley ómnibus por segunda jornada consecutiva, en el despacho del presidente del cuerpo, Martín Menem, seguían las negociaciones frenéticas entre los dialoguistas y los interlocutores del presidente Javier Milei.

A lo largo de los encuentros que se produjeron a puertas cerradas, las espadas parlamentarías le llevaron una dura advertencia a los libertarios: de no modificar la redacción de tres artículos, el corazón de lo que queda de la Ley Bases, el proyecto está condenado al fracaso. ¿Cuáles son?

Este mediodía se reanudó el debate por la ley ómnibus en la Cámara baja. Mientras la sesión se llevaba adelante ante un recinto a medias, en el Salón de Honor que ocupa Martín Menem, se seguían celebrando negociaciones entre los embajadores del Ejecutivo y los bloques dialoguistas. Para apoyar esas gestiones, la secretaria general, Karina Milei, y el vocero Manuel Adorni, desembarcaron por la tarde para dialogar con el jefe de Diputados.

Particularmente, las reuniones por la letra chica del texto se producen con referentes de Hacemos Coalición Federal, la UCR e Innovación Federal que mantienen reparos. Es que el PRO ya cerró filas y definió que acompañará el texto en general y particular.

El grueso de los reparos de esos tres espacios pasa por la privatización de una cuarentena de empresas. En las negociaciones previas a la firma del dictamen, el Ejecutivo accedió a quitar de ese listado a YPF y estableció una privatización `a medias` para los casos de Nucleoeléctrica, Banco Nación y Arsat. Anoche, la última oferta oficial era bajar la lista a solo 30 empresas.

Persistían cuestionamientos a que la privatización de las empresas no deba pasar por los cuerpos de ambas cámaras. Es que, tal cual quedó escrito el texto, alcanzaría con el aval de la Comisión Bicameral de Reforma del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones. En cambio, otros diputados cuestionan que la privatización sea `en paquete`. Una opción era que se sumaran la Sigen y la AGN (la auditoría del Congreso) para darle transparencia. También se mencionaba la posibilidad de que el Ejecutivo aporte un informe previo con la información de la firma propuesta a privatizar.

La declaración de emergencia pública en seis materias (económica, financiera, social, seguridad, tarifaria y energética) y i a delegación de facultades en todas esas materias. Esos puntos son el corazón de lo que queda del proyecto, que a lo largo de enero perdió casi 300 artículos.

Los diputados dialoguistas que participan de los encuentros le hicieron al oficialismo un trabajo que, hasta ahora, no había hecho: el detalle del número de votos que reúne cada artículo.

Según fuentes parlamentarias que se reunieron con los interlocutores del Poder Ejecutivo, los asesores Maximiliano Fariña y José Rol and i, hasta hoy no habían hecho ese poroteo.

`Saben con qué llegan al recinto, pero no con 1o que salen`, sintetizó un diputado del PRO. Es decir, los libertarios, con la sesión ya puesta marcha desconocen qué artículos se mantendrán en pie cuando ésta culmine.

En concreto, todo artículo que reúna menos de 106 votos corre peligro de caerse. Es que Unión por la Patria tiene 100 diputados y la Izquierda, S y ya avisaron que rechazarán todos y cada uno de los artículos.

Con este diagnóstico bajo el brazo es que los bloques de la UCR, Innovación Federal y Hacemos Coalición Federal no descartan que los libertarios les hagan llegar más propuestas superadoras. De lo contrario, el corazón del proyecto que como bromean en la oposición, pasó de ser un ómnibus aun UBER, puede naufragar.

En paralelo, el accionar de las fuerzas de seguridad sobre los grupos que se manifestaban en las afueras del Congreso (en aplicación del protocolo antipiquetes) provocó enérgicas protestas de legisladores de la izquierda y de Unión por la Patria, que se retiraron del recinto en solidaridad y pidieron que se detenga la sesión. El planteo fue rechazado por el oficialismo, que procura que se vote en general en la madrugada.

El Cronista