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El dólar recobró fuerzas en el comienzo de 2024, revirtiendo la tendencia a la depreciación observada a finales del año pasado. Este repunte generó presiones sobre otras monedas, debido principalmente a la sólida actividad económica registrada en Estados Unidos, que continúa sorprendiendo por su resiliencia. En ese marco, el dólar logró acumular un incremento de 2,7% en lo que va del año, respaldado por el aumento de las tasas de interés.

El sólido crecimiento evidenciado durante el cuarto trimestre de 2023 y los datos positivos del mercado laboral en diciembre potenciaron este impulso, junto con el indicador de alta frecuencia de la Fed de Atlanta, que señaló un crecimiento cercano al 3% anualizado durante el primer trimestre de 2024. Esto sugiere que la economía estadounidense está superando su promedio de largo plazo, apuntalado también por las mejor es expectativas de los consumidores. Asimismo, cabe destacar que esta apreciación del dólar fue generalizada a nivel global, aunque con dinámicas dispares entre las monedas de los países desarrollados. El yen japonés lideró el debilitamiento luego de despreciarse un 3,5% durante el último mes, mientras que el euro se depreció un 0,9% debido a la desaceleración económica de la eurozona. La resistencia del Banco Central de Japón para abandonar su régimen de tasas negativas continúa siendo un factor influyente en la debilidad del yen.

Por su parte, el yuan mostró cierta resistencia a pesar de los datos recientes de inflación, que estuvieron por debajo de las expectativas. Esto sigue reforzando la idea de que la actividad económica no tendría la suficiente tracción para impulsar de forma sólida los precios. Asimismo, la intervención del banco central chino le dio cierto respaldo a la moneda, manteniendo una tasa de política monetaria de 2,5%, muy por encima de la inflación interanual.

En América latina, excluyendo a Argentina, las monedas mostraron una depreciación promedio del 1,7% en el último mes, con notables diferencias entre países. Se destacan la depreciación del peso chileno y del sol peruano, impulsada por expectativas de recorte de tasas ante el cumplimiento de los objetivos de inflación. El real brasileño, en cambio, evidenció una dinámica más moderada debido a la cautela del banco central para disponer un recorte de tasas. El peso uruguayo fue una excepción, ya que consiguió apreciarse durante el último mes junto con el peso colombiano.

El fortalecimiento del dólar continúa siendo un factor clave en el panorama económico global, impulsado por la solidez de la economía estadounidense, aunque con repercusiones dispares en otras regiones del mundo.

BAE