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Economía 29.04.25

¿CÓMO ES LA NUEVA DINÁMICA DEL DÓLAR Y QUE ROL CUMPLE EL BCRA?

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Considerando el abultado perfil de vencimientos en moneda extranjera de los próximos años y que los mercados internacionales siguen cerrados para Argentina no sería una mala idea que el Banco Central compre dólares.
En la primera semana completa tras la implementación del nuevo esquema cambiario, los dólares mostraron cierta volatilidad (algo esperable). Por un lado, el tipo de cambio mayorista bajó $100 el lunes, luego subió todos los días y cerró en $1.174, el mismo valor que el viernes pasado. Por su parte, tanto el MEP como el CCL evidenciaron movimientos similares.
Dado que el tipo de cambio oficial no tocó ninguna de las bandas, el BCRA no intervino en el Mercado Libre de Cambios (MLC). A pesar de que el acuerdo con el FMI permite adquirir divisas al interior de la misma, el Gobierno aclaró en reiteradas oportunidades que, salvo que toque el piso de $1.000, el Banco Central no realizará compras. Habrá que ver si modifica su comportamiento en el futuro, pero por el momento resulta evidente que ese compromiso es innegociable.
El equipo económico confía en que el tipo de cambio mayorista convergerá hacia el piso y está haciendo todo lo posible para que esto suceda. Por ejemplo, Javier Milei reconfirmó que la baja temporal de las retenciones no se extenderá y concluirá el 30 de junio, lo que apunta a incentivar la liquidación durante los próximos meses. Asimismo, se introdujeron cambios que flexibilizan el acceso al MLC para los inversores no residentes, con la expectativa de atraer dólares.
Aunque efectivamente el tipo de cambio puede llegar a tocar la banda inferior en el corto plazo, el hecho de que el BCRA no haya adquirido divisas a $1.070 el lunes (un valor incluso por debajo de los $1.078 del 11 de abril, día previo al nuevo esquema) hace pensar que la prioridad del Gobierno no es seguir acumulando reservas sino consolidar el proceso de desinflación. Si bien las reservas internacionales están actualmente en USD5.800 millones y las brutas se ubican por encima de los USD39.000 millones, faltan cerca de USD5.000 millones para cumplir la meta establecida por el FMI para el 13 de junio, dado el flujo de ingresos y de egresos esperados (y considerando que deben excluirse los desembolsos del FMI).
Además, independientemente de lo anterior, el BCRA podría aprovechar y seguir recomponiendo su activo: a pesar de que el nivel actual de reservas es muy superior al de hace unos meses (y años), esto se explica más que nada por el desembolso del FMI.
Pero considerando el abultado perfil de vencimientos en moneda extranjera de los próximos años y que los mercados internacionales siguen cerrados para Argentina no sería una mala idea que el Banco Central compre dólares, incluso en medio de las bandas. No obstante, tal como como se dijo, el Gobierno confía en que el tipo de cambio irá hacia el piso (y, en consecuencia, la autoridad monetaria comprará reservas) y que el Tesoro volverá a colocar deuda en el extranjero a la brevedad.
En relación con esto último cabe destacar que, si bien el riesgo país respondió en el último tiempo más ante los factores internos, este año se acopló al EMBI (de hecho, desde fines de 2024 aumentaron prácticamente lo mismo) tras la mayor volatilidad financiera a nivel mundial.
Por último, el equipo económico y el FMI indicaron que el objetivo de mediano plazo es pasar a un régimen de flotación pura, en el cual el nivel de reservas dejaría de ser relevante. ¿Por qué? En estos esquemas, el mercado ajusta vía precio (P) y no cantidades (Q); entonces, ante un eventual exceso de demanda no haría falta que el BCRA venda reservas (Q) sino que el MLC se equilibraría a un mayor nivel de tipo de cambio (P). Pero, dada la historia argentina, ¿es realmente factible o recomendable que el país adopte un sistema 100% libre? Incluso algunas naciones con muchísima más estabilidad, con esquemas de flotación, intervienen en casos de extrema volatilidad (por ejemplo, Brasil).
Finanzas y mercados
En el plano internacional, la semana pasada estuvo marcada por dos hechos que trajeron algo de calma a los mercados. Por un lado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que no tiene planes de despedir al titular de la Reserva Federal (recordemos que Trump había puesto en duda la independencia del organismo la semana pasada al intentar persuadir a Jerome Powell de bajar pronto la tasa de política monetaria).
Por otro lado, Trump cambió el tono de su postura frente a China y acercó posiciones. Durante una conferencia de prensa, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que se están logrando avances comerciales con China en la dirección correcta. En la misma línea, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sostuvo que las dos mayores economías del mundo deberán encontrar mecanismos para fortalecer la cooperación bilateral y resolver sus diferencias comerciales de manera constructiva.
A raíz de estas señales políticas, las principales Bolsas registraron notables subas, mientras que la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años permaneció en 4,3%. El índice dólar se mantuvo cerca de su piso, en 98 puntos, durante gran parte de la semana, repuntando hacia el cierre, mientras que la onza de oro marcó un nuevo máximo histórico de USD3.425, retrocediendo levemente hacia el final de la semana.
En el plano local, las autoridades del BCRA anunciaron que pusieron a disposición del Gobierno el remanente de las utilidades obtenidas en el ejercicio 2024 (esto es, $11,7 de $19,4 billones), lo que le otorga más holgura al Tesoro para afrontar los venideros vencimientos de deuda. En efecto, durante la licitación del jueves el Tesoro adjudicó $5,23 billones sobre un total de vencimientos de $7,48 billones, lo que implicó un rollover del 70,1%.
El 90% de lo colocado fue a través de instrumentos a tasa fija, conformado por reaperturas de dos Lecap a agosto de 2025 y septiembre de 2025 y tres Boncap a octubre de 2025, enero de 2026 y enero de 2027. La tasa efectiva mensual promedio ponderada de estos activos se situó en 2,7%. Algo que cabe destacar es que en la licitación previa el Tesoro había podido colocar instrumentos a no más de noventa días y convalidó tasas a 3,7%. Es decir, pudo extender la duration de la deuda a tasas de financiación más bajas. El resto de lo licitado fue mediante bonos ajustados por inflación y un bono dollar linked (este último había quedado desierto en la licitación pasada). Hacia adelante se espera que las tasas puedan bajar un poco más ahora que el Gobierno está buscando inyectar liquidez en el mercado, en vistas de una potencial mayor demanda de dinero. Hay que resaltar que el dato de febrero fue positivo en términos de actividad económica (0,8% desestacionalizado), aunque marzo no augura haber sido uno positivo.
Al respecto, las tasas implícitas de los contratos de dólar futuro, que se habían despegado fuerte de las tasas en pesos en los días de mayor incertidumbre sobre el rumbo del esquema cambiario, en los últimos días empezaron a acercarse más a las tasas fijas en pesos, incluso ayer, cerrando por debajo, aunque todavía presentando cierta volatilidad.
Finalmente, si bien evidenciaron un arranque desfavorable, los mercados se recuperaron durante la semana. El índice Merval medido en dólares CCL ganó un 0,2% semanal, impulsado principalmente por Globant (12,6%), Loma Negra (7,25%) y Aeropuertos Argentina (6,7%), mientras que los bonos en dólares subieron 2,6 puntos porcentuales en su paridad promedio ponderada y el riesgo país registró un descenso semanal de 7,1%.
BAE